martes, julio 01, 2008

Face to face

(Por si acaso no me refiero a Manolo “PAF!” Fernández, sino a un excelente tema de Daft Punk, que sirve de banda sonora para esta ocasión. Pensar que siempre los temas ad hoc aparecen en los momentos precisos… uno más a la extensa banda sonora de mi vida).


Todo esto era, si se le quiere llamar así, un experimento. Yo siempre lo dije: a veces pensaba mucho pero temía que todo fuera precisamente eso y nada más: pensamientos, cavilaciones, sugestión, que todo estuviera en mi cabeza. Es por eso que hacía falta experimentar, darse cuenta si en realidad quedaba sólo en eso o si acaso todavía quedaba intacto todo lo que permanecía escondido desde ya casi un año y medio atrás.

Y sí, todo intacto. De partida ella. Igual en lo físico a lo que era en ese entonces. Intacta su belleza, intacta su prestancia.


Tan igual era todo a que caminamos hacia donde siempre, por la misma calles, al mismo paso, del mismo modo. Y también las mismas indecisiones: llegamos a una esquina y no supimos donde seguir. Finalmente continuamos por la calle larga, a modo de caminar harto, como ella quería.


A medida que avanzábamos hacia ningún lado mis temores retrocedían. Ciertamente el escenario se presentaba mucho mejor de cómo me lo imaginaba: los silencios supuestos nunca fueron tal, y las palabras salían una tras otra como antaño. Muchas veces creo que el tiempo desgasta las relaciones, tal como le mencioné, pero hay veces en que pese a que puedan haber pasado 10 años y siempre sigue todo igual. Vale mencionar que el escenario que yo imaginaba tenía razones infundadas: las veces que nos habíamos topado en este año y medio todo había quedado en un “hola” a la distancia y una sonrisa. Pero no era cualquier sonrisa, claro.


A la mitad del camino pasaron tres viejos por nuestro lado, de esos típicos viejos de calle, vagabundos, con mil historias de borracheras, golpizas y una vida olvidada. Al pasar uno de ellos comentó en voz alta: “tómale la mano”. Claramente el comentario me hacía referencia, y fue así como lo pensé, mas no lo hice. Era extraño, pues sentía que debería estar de la mano de ella: fue como sentir que ese año y medio no existía y que nunca hubiéramos terminado, que ella aún estaba conmigo como si nada hubiera pasado.


Se habló de la vida, de los cambios, de la gente. De personas pasadas, de situaciones inconclusas. Pero pese a todo lo fluido que iban las cosas, yo no podía llegar aún a donde tenía previsto llegar. A decir verdad era muy difícil intentar abordarlo. Pero bueno, como le comenté previamente a un “colega”, iba a tirarme a la piscina, sin siquiera haber asomado la vista para ver si tenía algo de agua o no. Como para todo hay momentos y momentos, en el transcurso del viaje de vuelta a casa calculé algunas distancias y tiempos para que todo lo que me interesaba hablarle y preguntarle quedara justo en el punto en que yo quería. Y así resultó, por cierto.


El tiempo dirá una vez más, como dije hace casi dos años ya, en un escrito también publicado acá. Pero fuera de cualquier cosa, puedo concluir que el experimento fue un éxito, y que los resultados fueron favorables: ha pasado casi un año y medio y lo que estaba medio escondido finalmente salió a la luz. Todo sigue ahí. Todo igual, todo intacto.


It’s amazing what you find face to face…